Las amenazas de AFE, posible denuncias de los jugadores, situación de impagos… planean sobre la entidad malaguista
Foto: www.malagacf.com
La comunicación del ERE iba a suponer una auténtica bomba en el vestuario. Ya se publicó en un artículo anterior que, aunque se indicaba que esto causó sorpresa entre los jugadores, era un hecho cierto que podía ocurrir y que debía manejar el propio jugador (junto con su representante) como opción posible por mucho que desde el club no se dijese; esto se trata de una opción jurídica para salvaguardar los intereses en una empresa para lograr la viabilidad económica.
Se entiende que el jugador se sienta molesto, decepcionado e incluso engañado al indicarse por los dirigentes del club que si se hacía un esfuerzo para aplazar los pagos de un periodo de nóminas devengadas de la pasada temporada en varias mensualidades se podrían solucionar cuestiones económicas sin acudir a un ERE. No obstante, ha podido ocurrido que el administrador judicial tuviese como herramienta de solución algo que finalmente no ha dado posible en su ejecución. En este caso, hablamos de una ampliación de capital que no ha sido llevado a cabo. Esto ha podido radicalmente cambiar los planes económicos del administrador y finalmente tener decidir la ejecución de un ERE. Está claro que éticamente ante los jugadores “ no ha quedado bien”, pero las circunstancias acontecidas ha derivado a que se tenga que llegar a esta actuación forzado por la situación.
Con todo ello, lo que sí es cierto es que en el fondo de toda esta cuestión está la salvación del club, por encima de los jugadores y dirigentes. Unos vienen y van… pero el club permanece siempre… que son de sus aficionados. La viabilidad económica, para que se lleve a cabo, implica acudir al ERE. Parece que todo jurídicamente debe estar perfectamente atado por el club, es lo lógico si se cuenta con profesionales en la materia.
Independientemente del ERE, la propuesta de pago a plazos de salarios devengados de varios jugadores ha sido firmada por ambas partes. Por lo tanto, con esta aceptación no se trata de un impago, únicamente sería si el nuevo plan de pagos fuese incumplido por parte del club. En el caso de que algunos jugadores no hayan firmado ningún acuerdo de aplazamiento de salarios, sí entiendo que podrían denunciar prácticamente de forma inmediata y el club para no entrar en situación de impagos y denuncias que podrían derivar en problemas de inscripción e incluso descenso administrativo… debería hacer el pago inmediato de ello. En esta situación podrían encontrarse cuatro o cinco jugadores de la primera plantilla; no obstante, no es comparable el montante económico que supone liquidar esto con el ahorro total que supone la aplicación del ERE (unos cinco o seis millones de euros).
«La aplicación del ERE no implicaría sanción», fueron las declaraciones efectuados por uno de los abogados de la AFE Rafael Fernández en Radio Marca Málaga hace unos días.
Sí debemos tener en cuenta que el ERE no tendría efecto si ocurre una de estas dos circunstancias:
- No sea aprobado el ERE
- No se produzca el pago de las indemnizaciones.
Por ello, opino que la comunicación oficial de AFE (para defender a los jugadores asociados) suena más a una advertencia que una amenaza real, dado que se habla de denuncias en caso de impagos que acarrearían problemas de inscripciones.
El Málaga CF tiene que tener todo bajo control, teniendo en cuenta los diversos escenarios que se pueden abrir. No obstante, lo que es inevitable es trabajar con esta atmósfera: jugadores decepcionados, pérdida de confianza y la incomodidad de Pellicer que no puede avanzar en el aspecto deportivo relativo a la preparación para la temporada 2020/2021 cuando ni tiene a los jugadores que ya han debido llegar en forma de fichajes ni se van aquellos que ya no deberían estar en el club.