Abandona la disciplina blanquiazul tras cinco temporadas. Publica una emotiva carta de despedida al malaguismo
Foto: www.malagacf.com
Juankar se va traspasado oficialmente al Panathinaikos, uno de los clubes fuertes de la liga griega. Era uno de los jugadores incluidos en el ERE y que intentó por todos los medios permanecer en la disciplina blanquiazul, pero finalmente era tanto la rebaja salarial que tenía que llevarse a cabo que la mejor opción era poner fin a la relación contractual. Se va de la misma forma que Munir y Adrián, con la carta de libertad y como baja voluntaria.
Han sido cinco temporadas (tres en Primer División y dos en Segunda División) en las que el madrileño ha demostrado su implicación y compromiso al club pero en el que en diversas ocasiones las lesiones han impedido que destacara sobre el terreno de juego de forma prolongada, no obstante en esta última temporada ha sido donde ha jugado más encuentros (36). En total ha disputado 99 partidos ligueros logrando 4 goles y siendo únicamente una vez expulsado. Acumuló 7.254 minutos.
El jugador se ha despedido de la afición en una carta muy emotiva. El texto íntegro es este:
«Jamás pensé en este momento, pero todo tiene su final. El final de la etapa más bonita y más importante de mi vida, en la que he sufrido mucho pero a la vez he sido la persona más feliz del mundo, gracias a esta ciudad, gracias a su gente y gracias a todo el malaguismo que ha sabido transmitirme todo lo que significa esto.
Siento que podía haber dado mucho más de no haber sido por las lesiones, pero aun así, he remado a contracorriente para estar de vuelta y seguir luchando por este escudo. Daría mi vida una y mil veces por todo esto, sin esperar nada a cambio. Los que de verdad me conocen saben cómo soy, un chico sencillo que juega al fútbol y que le da más importancia a todo lo que le rodea en vez de a sí mismo, a muchos les podré parecer bueno y a otros no, pero lo que sí quiero que sepáis que en estos 5 años lo he dado todo desde el primer momento hasta el último, algunas veces mejor que otras pero siempre sabiendo la camiseta que llevaba puesta.
Me voy muy triste por tener que abandonar el club de esta manera, con un sabor agridulce, con una culpabilidad que no me pertenece ya que se ha llegado a esta circunstancia por otros motivos que vienen desde hace mucho, mucho tiempo. Sólo espero que algún día podáis ver que he intentado devolveros todo lo que me habéis dado vosotros que ha sido mucho.
Gracias a Málaga por darme a lo más importante de mi vida, mi hija, Martina. La única malagueña de la familia, la que ha llevado desde que nació la equipación y la que con dos años me cantaba el himno del Málaga. Por esto, por esta ciudad, por esta afición y por todos los grandes amigos que me llevo al final de esto, ha merecido la pena esta historia. Deseo con todo mi corazón que el Málaga normalice su situación y estaré aquí para ayudar en lo que se me necesite. Sé que Málaga volverá a brillar más fuerte que nunca.
A todos los amigos que Málaga me ha dado, a todos los componentes del club, a todos esos compañeros que he tenido durante cinco años, a todos los invisibles del vestuario que nos hacían la vida más fácil, y por supuesto a TODA la afición por ser un ejemplo en todos los sentidos, gracias por estos cinco años de mi vida, de corazón, ¡GRACIAS!
El fútbol no tiene memoria, pero que sepáis que esté donde esté yo sí que recordaré cada momento vivido aquí. ¡Siempre MÁLAGA!»