El míster blanquiazul destaca el enorme mérito de lo realizado por los jugadores

MANOLO GASPAR

Foto: www.malagacf.com

Tras la finalización del partido jugado el pasado viernes en La Rosaleda ante la AD Alcorcón, el técnico blanquiazul compareció en rueda de prensa con la felicidad que supone la consecución de la permanencia matemática de un equipo que ha tenido que luchar contra viento y marea por todo lo acontecido: una plantilla de escasos jugadores profesionales, lesiones interminables, despido del entrenador por cuestiones extradeportivas, intervención judicial del club, etc…

Pellicer hizo una valoración de todo el trabajo realizado, recordando que «se han vivido muchas emociones por todo lo que se ha vivido este año. Los jugadores se han dejado la vida, la gente del día a día se ha dejado la vida con muchísimos obstáculos, visibles e invisibles. Lo que he pensado al final ha sido darle las gracias a los jugadores porque desde el primer momento les dije que teníamos que pensar en fútbol y ellos creyeron. A partir de ahí, hay un sufrimiento diario brutal. El estrés ha sido brutal y cómo empezamos perdiendo contra el Huesca y los jugadores han sabido darle la vuelta. Era el partido más importante de la historia por lo que nos jugábamos todos. La viabilidad del club. Felicito a todos los jugadores, al staff técnico y a todos los que nos han ayudado. Darle las gracias a esa afición tan sufrida, que ha sido muy exigente por todo lo que han sufrido y se han llevado una merecida alegría», confesó.

Con los acontecimientos ocurridos el míster ha tenido que gestionar eficientemente el grupo de jugadores; el factor psicológico era esencial y por ello siempre pedía unión de todos. Para Pellicer esto ha sido un máster: «Esto es un aprendizaje continuo. Ha sido un máster para mí, para la gente del cuerpo técnico. Estoy muy contento porque desde el primer momento que pisé el vestuario, los jugadores creyeron y eso es complicado cuando un entrenador sube del filial. Han pasado este año muchas cosas, hay que darle las gracias al cuerpo técnico anterior. Esta situación es un máster para todos, yo me pellizco todos los días por estar donde estoy. Ser entrenador del Málaga es lo más grande que hay. Cualquiera no puede ser jugador del Málaga, es un club histórico con mucha presión, y hay que estar preparados. Ellos han creído, el mérito es de ellos. El tema de la camiseta, es una camiseta sudada de un jugador que representa que han dado todo. El ego individual no sirve para nada, por encima de todo está el club y la afición, aquí vale el colectivo. Tiene un mérito enorme lo que han hecho y tengo que darles las gracias por enésima vez. Hemos tenido mucho desgaste emocional, muchas discusiones internas, pero que nos hacen ir con la verdad por delante».

Por último, si queremos hacer un balance de esta temporada, se destaca la importancia hacer solventado los obstáculos pero se queda con «la entrega, con la camiseta sudada de un jugador pegada al corazón ante situaciones de muchos, visibles e invisibles, donde el equipo ha resucitado. Es un grupo que ha tenido coraje y me quedo con la alegría de la afición que ha sufrido más de lo que nosotros queríamos y tenía que entender que era una situación complicada.Hemos luchado contra nosotros mismos con todos los obstáculos que hemos tenido», concluyó.